Sí: un buen día quisimos salir con nuestra bicicleta y la llanta estaba desinflada. O de repente estábamos paseando y ésta comenzó a bajarse al punto que nos resultaba imposible pedalear. La revisamos y encontramos al culpable (un clavo)… o tal vez no. La cosa es que tenemos un pinchazo y ya sabemos el ritual que eso implica: desmontar la rueda, la llanta, revisar y parchar la cámara, y después [ Leer más ]